Existen diversos factores que pueden ocasionar que un estudiante deje su licenciatura trunca y se dedique únicamente a trabajar, y esto puede afectar nuestras ofertas laborales, ¿o no?
La necesidad, el relacionarnos con personas que se dedican a una profesión como la que estudiamos, o similar, tener contactos que puedan posicionarnos dentro de una empresa, o simplemente decidir iniciar nuestra vida laboral mientras estudiamos, puede conducirnos a dejar la universidad.
No hay una fórmula específica para la deserción, pero sea la cuestión que sea, a todo estudiante o, al menos a la mayoría, le pasa por la cabeza la idea de dejar los estudios para emprender un negocio propio o para trabajar en forma.
En un gran número de ocasiones, los problemas económicos son la principal razón para abandonar la universidad, a veces no contamos con la solvencia necesaria para pagar colegiaturas, pasajes, materiales u otros gastos, sin embargo, hay que reflexionar largamente antes de tomar este decisión, porque puede tener repercusiones a futuro.
Economía. Estudios de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) han demostrado que los mexicanos que cuentan con un título profesional perciben un salario 200 por ciento mayor comparado con el de las personas que solamente tienen estudios de nivel medio superior.
En muchos casos, las ofertas laborales premian con mejores sueldos a los perfiles que han concluido exitosamente sus estudios académicos profesionales en licenciatura y grados superiores.
Compromiso. Muchos psicólogos y trabajadores especializados en el área de recursos humanos coinciden en que contar un CV con un gran número de trabajos no es muy recomendable, del mismo modo que un currículum con empleos de duraciones muy cortas (menores a un año), debido a que esta situación muestra cierta inestabilidad y falta de compromiso laboral.
La mayoría de las empresas buscan empleados que deseen permanecer en la empresa y crecer con y dentro de ella.
Algo similar ocurre con los estudios universitarios truncos. Las empresas también necesitan de esfuerzo y tiempo para que el empleado crezca dentro de la compañía, para que se desarrolle de una manera óptima y aporte toda su capacidad en un ganar-ganar, pero los responsables de contratar personal pueden ser muy severos al momento de elegir a un posible candidato, ya que pueden inferir que una licenciatura inconclusa significa que el solicitante carece de compromiso y responsabilidad.
Sin embargo, también debes tomar en cuenta tus aspiraciones personales, ten presente qué es lo que más disfrutas hacer, a qué quieres dedicarte, o en qué eres muy bueno o buena, esto te servirá mucho para motivarte cada vez que pienses en abandonar la vida universitaria.
Explora todas las posibles soluciones antes de cortar de tajo tus estudios, solicita becas gubernamentales o investiga si en tu universidad hay programas especiales para estudiantes que no están en posibilidad de pagar una colegiatura completa, en caso de que el problema sea económico.
Apóyate en tus amigos, familiares y en un psicólogo en casos de dificultades de índole emocional o psicológica. Asesórate con profesionales de tu carrera, o de otras, si es que tienes dudas sobre tu verdadera vocación, y siempre aprende de manera individual, no te conformes con lo visto en clase.
No hay nada de malo en no tener una carrera universitaria, pero tampoco lo hay en tenerla, siempre te será útil un título académico, y más de uno, mejor.
Recuerda que el éxito está en realizar aquello que realmente te apasiona, no trunques tus sueños, busca opciones y no dejes ir las oportunidades que se te presenten.
También existen muchos casos de éxito con profesionales sin título universitario que, a media carrera o a finales, vieron una oportunidad para laborar en algo relacionado a su licenciatura o a otra disciplina, decidieron dedicarse a ello y se encuentran felices.
La carrera por sí misma no te hace un profesional y siempre podrás retomar tus estudios más adelante.